Entendidos en los tiempos
El mundo en que vivo: Una juventud entendida en los tiempos
Introducción
Una de las
capacidades más valiosas en cualquier época es saber cuándo es el momento
oportuno para hacer algo. En 2007, la empresa de alquiler de películas
Blockbuster tuvo la oportunidad de comprar una pequeña compañía de streaming
llamada Netflix. La rechazó. No comprendió el cambio que venía. Hoy,
Blockbuster ya no existe. En cambio, Netflix es una compañía valorada en más de
150 mil millones de dólares.
Así también,
muchas personas hoy no comprenden el mundo en el que viven. Como cristianos,
estamos llamados a ser diferentes. A ser como los hijos de Isacar: entendidos
de los tiempos, y capaces de actuar conforme a la voluntad de Dios.
Explicación contextual:
El capítulo 12
de 1 Crónicas presenta una lista de guerreros y líderes de cada tribu de Israel
que se unieron a David cuando aún no había sido coronado rey en todo Israel.
Esta lista no es solo un censo militar, sino una muestra de cómo Dios estaba
reuniendo un ejército estratégico, espiritual y discernido para establecer el
reino de David.
Y es así como encontramos nuestro texto base:
De los hijos de Isacar, doscientos principales, entendidos en los
tiempos, y que sabían lo que Israel debía hacer...
(1 Crónicas 12:32)
¿Qué significa
“entendidos en los tiempos”?
La expresión
hebrea puede traducirse como discernidores del momento oportuno, o expertos
en el conocimiento de las circunstancias. No se trata simplemente de
adivinos, sino de hombres con discernimiento político, espiritual y
estratégico, capaces de interpretar el clima social y actuar conforme a la
voluntad de Dios para ese momento.
Entre algunas
características de estas personas encontramos de que ellos:
- Fueron capaces de
reconocer que era tiempo de dejar a Saúl y unirse a David.
- Entendieron que Dios ya no estaba con
Saúl.
- Sabían cuál era la voluntad de Dios.
De esta manera
el texto bíblico nos ilustra cómo en medio de una transición nacional compleja,
los hijos de Isacar no fueron simples espectadores ni meros soldados. Fueron
líderes con discernimiento espiritual y supieron qué hacer.
En tiempos de
crisis, Dios siempre ha levantado personas entendidas. Gente que no solo conoce
el pasado ni teme el futuro, sino que entiende el presente. Y, sobre todo: que
sabe qué hacer conforme a los caminos de Dios.
Esto nos lleva
a considerar tres (3) puntos importantes para ser una juventud entendida en
los tiempos:
1. El momento oportuno es ahora
La Biblia no es
indiferente a las épocas. Nos llama a ser sabios, atentos, responsables con
nuestro presente. En Efesios 5:16, Pablo exhorta:
“Aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos.”
Aquí la palabra
utilizada en el griego es kairos: la cual hace referencia al
momento oportuno, el tiempo señalado, el instante cargado de
propósito.
Nuestra
existencia en este momento de la historia no es casualidad. La escritura dice
que “Dios determinó los tiempos y lugares de nuestra habitación” (Hechos
17:26), lo cual nos recuerda que existimos por la voluntad de Dios. Él nos quiere
aquí y ahora.
2. Evitemos el error de ver el mundo con
lentes viejos
Uno de los
errores más comunes es mirar el mundo actual con categorías del pasado, como si
las cosas no hubieran cambiado. Pero el mundo cambia. Y no entender ese cambio
nos vuelve ineficaces, aunque nuestras intenciones sean genuinas.
La cultura ha
pasado por una transformación profunda. Lo que hoy vivimos —esa mezcla de
desconfianza, relativismo y subjetividad— no apareció de un día para otro. Es
el resultado de un proceso que podemos rastrear de la siguiente manera:
A) La Ilustración (siglo XVIII)
Comienza el
culto a la razón humana. Por lo tanto, la revelación divina fue desplazada. Se
empezó a creer que no necesitamos a Dios para explicar el mundo, pues el hombre
por medio de la razón encontrará explicación para todas las cosas.
B) La Revolución Francesa
A partir de
este momento se consolida el secularismo: un sistema donde la fe fue sacada del
espacio público. La política, la educación y la cultura comenzaron a
construirse de espaldas a Dios.
C) La Alta Crítica
En el siglo XIX, ciertos sectores académicos comenzaron a despojar la Biblia de su carácter divino. Ya no era la Palabra de Dios, sino solo un documento humano, así que comenzó a ser estudiada de esta manera.
D) El relativismo posmoderno (siglos XX–XXI)
Hoy vivimos en
una sociedad donde ya no se cree en la verdad como algo objetivo y que no
admite contradicción, se habla de “mi verdad” y “tu verdad”. La fe se ha
reducido a una experiencia de carácter privado y como tal, debe mantenerse en
el fuero personas del sujeto.
¿Cómo debemos responder ante estos desafíos?
Como personas entendidas en
los tiempos, no estamos llamados a huir del mundo, sino a dar razón de nuestra
fe de forma coherente, valiente y compasiva. La respuesta no es refugiarnos en
un monasterio ni encerrarnos en una burbuja religiosa. La verdadera fidelidad
no se expresa en el aislamiento, sino en el testimonio.
Estamos llamados a dialogar con la cultura sin diluir el mensaje,
a enfrentar las preguntas del presente
desde una cosmovisión cristiana sólida, bíblica y encarnada.
3. Jesús entendía su contexto
Jesús no alteró
su mensaje, pero sí empleó formas que su audiencia pudiera asimilar. Cuando
enseñaba, hablaba en parábolas. Usaba imágenes del campo, del trabajo
cotidiano, del comercio y la vida familiar. Sus ejemplos no eran abstractos:
eran familiares, cercanos y concretos.
Jesús hablaba con la verdad de Dios, pero en el idioma del pueblo.
Él encarnó el mensaje sin comprometer su verdad,
y eso nos deja un principio fundamental: No se trata de adaptar el evangelio al mundo, sino de comunicarlo con
fidelidad en un lenguaje que el mundo pueda entender.
Conclusión:
El mundo en que
vivimos no es fácil, pero es nuestro campo de misión. Este es nuestro kairos,
el tiempo que Dios quiere utilizar para que hagamos algo relevante en este
mundo, y debemos de buscar formas eficaces de comunicar el mensaje.
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